sábado, 11 de diciembre de 2010

El Auge de las Ciudades

Desde la segunda mitad del siglo XVII, la economía de Nueva España comenzó a crecer de manera importante. La reactivación económica de dicho territorio se refleja en el incremento de la producción, la venta y el consumo.
      Poco a poco, este estado de bonanza se tradujo en el surgimiento de nuevas regiones económicamente poderosas tales como el valle de Toluca, el de Atlixco y, obviamente, el Bajío. Lejos de atender las necesidades de la metrópoli, estas zonas de producción orientaron sus actividades a satisfacer kas demandas locales de Nueva España.

El Auge de las Ciudades

El crecimiento económico de Nueva España originó también nuevos centros urbanos de gran dinamismo. La mayor parte de las ciudades del siglo XVIII florecieron en las rutas comerciales o en las zonas mayormente productivas.

      Las ciudades más grandes y poderosas se hallaban en el Atiplano, len los centros mineros, en la periferia de las zonas agrícolas más ricas, lo mismo que en la región del Bajío. La urbe más importante fue siemore la Ciudad de México. Centro comercial, político, religioso e histórico, fue la sede de comerciantes, funcionarios y profesionales. En la capital del virreinato convivía gente de todas las etnias y condiciones; los mismo que viajeros.

       Puebla de los Ángeles: fue también una urbe mportante en la sociedad colonial. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, esta ciudad fue centro de la industria textil algodonera, lo mismo que de las fábricas de loza. Estos centros de producción demandaban gran cantidad de mano de obra, por lo que muchos trabajadores de ciudade aledañas migraban a esta capital.
      Otra de las ciudades más ricas del siglo XVIII fue Guanajuato, con una población de 55 mil habitantes. Sin embargo, Guanajuato no tenía tan buenos servicios como los tenía Querétaro; que pronto se convirtió en un centro artístico, estudiantil y religioso. Querétaro fue uno de los lugares "de recreo" favoritos para muchos criollos y peninsulares.
       Además de las grandes ciudades, en el siglo XVIII también florecieron centros urbanos de mediana extensión, tales como Veracruz, Córdoba y Orizaba.

Publicado por María José T. Herrera

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