Como bien sabemos, los caudillos eran personajes que inspiraban al pópulo a depositar todas sus expectaticvas de índole social, política y económicas en ellos; el pueblo confiaba en su juicio y racicionio y era eso -las esperanzas que el mismo caudillo les rbindaban- lo que les mantenía en un estado de fe casi absoluta y de apoyo incondicional hacia el personaje en cuestión.
Cabe mencionar que teníamos dos tipos -o variantes- de caudillos:
- Los caudillos populares: que emergían del pueblo mismo; que conocían la situación de la gente y, por tanto, entendía mejor que nadie cómo era la otra cara de la moneda, la cara de la marginación.
- En un polo total y absolutamente distinto, teníamos a los caudillos aristócratas, que emergían de la clase alta proclamando nuevas doctrinas económicas que tomaban de las utopías europeas. Entre ellos teníamos a Madero y Carranza; niños ricos que criticaban la sociedad porque leían que podía haber una mejor, pero que cuando se topaban con la sociedad misma en toda su magnificencia...¿dónde quedaban las miles de letras leídas? (Cabe mencionar que estoy haciendo una crítica indirecta a Madero).
En fin, a continuación les paso unas breves biografías de dos caudillos: uno popular y uno aristócrata; Doroteo Arango (Pancho Villa) y Francisco I. Madero, respectivamente.
*Por cierto, me parece oportuno el sugerir una película mexicana en la que podemos ver el machismo de Villa en todo su esplendor: "Entre Pancho Villa y una mujer desnuda". Quizá les sirva para bajar del pedestal a algunos personajes que pasaron a las Historia por el simple hecho de estar en el lugar indicado y en el momento preciso.
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