Como bien sabemos, entre 1946 y el 2000, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ejerció un poder "hegémonico", por decirlo así, en México; tanto en la Presidencia como en los otros poderes del Estado -estuvieron prácticamente acaparados por priístas. Sin embargo, ante una fosforescente necesidad política de la vida democrática en México, y ante una más dinámica presencia por parte de los partidos de oposición, las elecciones federales del año 2000 dieron como resultado un cambio de presidente y una destitución del PRI en la política mexicana. Ante esto se notó una clarísima alternancia y pluralidad partidista. El fortalecimiento de la democracia se manifestó también cuando se integra el Instituto Federal Electoral como un organismo autónomo y descentralizado.
El candidato ganador de las elecciones del 2000 fue Vicente Fox Quesada., cuyo gobierno se caracterizó por la presencia de mafias como el narcotráfico o la "industria del secuestro", aunque debe admitirse que quizá estas "mafias" y demás elementos que laceran a México pueden considerarse una "herencia" del viejo régimen presidencialista, representando lo que fue el priísmo, más bien como expresión de ello.
En fin, en el 2000, logramos quitarnos de encima al PRI para encontrarnos con la "V" de Vendetta...que diga, de victoria, del Presidente Fox.
Publicado por: María José T. Herrera
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